Dialogos de los vicios Por: Hernando Cortés Pico. parte Dos.
Sátira inedita
La Injuria
Soy la Injuria.
Soy el desacato y atrevido derecho
de poseer a los malditos hombres y mujeres
y obligarlos a decir de frente
o por la espalda lo que se me de la gana si destruye.
Ultrajando de palabra y hecho soy lo mejor.
Daño y agravio con comodidad.
Mucha importancia me dan en el Derecho, gracias.
Menoscabo fama, posición social o profesional.
La estimación la convierto en porquería.
Injuriosamente hablando poseo una lengua
como de víbora por mi doblez.
Fui quien en realidad se encargó de Jesucristo
que hasta al mismo madero mandé.
Tengo ejércitos de seguidores en la política
el periodismo y la literatura.
En los gobiernos soy la mano derecha de los incapaces.
Tumbo a cantantes, escritores, poetas
y faranduleros que osen ser humanistas o progresistas.
Celebridad que me caiga mal la aplasto.
Soy el paso más fácil de la venganza y el odio.
Cuando quiero doy cuenta de los humanistas
porque los he perseguido con éxito por siglos.
Cada siglo me renuevo y destruyo los avances humanos.
(Aplausos cortos pero muy fuertes dieron a la injuria. Quien miró al Resentimiento indicándole su turno.)
El Resentimiento
Soy el Resentimiento que es la acción
y el efecto de amargar a los hombres y sus hembras.
Las mismas e ignorantes gentes lo dicen con sus jaquecas.
La Academia es la gran constructora
cuando maltrata a sus iguales y despreciables párvulos.
Por mí se fabrican los psicópatas en Norteamérica.
Construyo todos los días a deliciosos
y adorables delincuentes.
La vida dura es mi mejor aliado.
Adoro a los hombres débiles de lo físico
pero más me gustan los debiluchos mentales.
Transformo los sentimientos en pesar y enojo.
Le abro paso al odio y el rencor.
Adoro a presidentes y lideres déspotas
porque de ellos depende gran parte de mis leales usuarios.
La altivez de los poderosos
aumenta mis potenciales clientes.
Gracias al Rasismo y la Xenofobia
que han existido a través de los tiempos
y vengo cosechando triunfos
de pueblos negros, indios, religiosos o sectarios.
(Todos, mirando a los mencionados, alzaron sus manos hasta el pecho en señal de aprecio al Rasismo y la Xenofobia)
Los políticos si mí
¿como combatirían?
Madrugo en las mentes de los jóvenes
entrenándolos con sus mismos padres.
El despreciado perdón
es mi principal victima
cuando le hago creer
que las disputas familiares están resueltas.
Mino y mino poco a poco
los matrimonios y los destruyo.
Me deleito en el abandono de los ancianos.
Soy el máximo exponente del desencanto.
Todo me disgusta,
por lo más mínimo me convierto en susceptible.
Gracias a la ignorancia puede decirse
que también soy la norma y la moda de la sociedad.
Yo cree la idea del Ku Klux Klan.
Por mí el clero se alimenta desde el pasado.
Soy de todos los aquí presentes el más inadaptado,
porque para mi no existe la tolerancia.
Pongo a un paso de todos los honorables vicios
a los torpes hombres y mujeres
que me dan una mínima oportunidad.
Me saboreo con las injusticias
que los Norteamericanos accionan
contra las reservaciones indias.
Convierto en despreciables desechos a los hombres.
La base de mi existencia está
en lo nocivo que soy para la despreciable humanidad.
Cuando me instalo en una mente humana,
¿quien me aguanta?
Tengo sopotocientas formas de instalarme en la mente
y el corazón de la imbecil humanidad.
Mi camuflaje es muy creativo
y muy difícil que me detecten.
Soy como la lepra y la gangrena,
como, carcomo y recarcomo.
Los partidos de izquierda por mí se inventaron
y es mi gran error, por esto pido perdón.
Soy lo mas sutil.
Yo Fui la gran idea de los nacionalismos.
Todos los miembros de las religiones protestantes
son mis testigos.
He postrado a muchos líderes mundiales y los he matado.
Confundo a los péndejos humanos
y los irrito por cosas insignificantes.
¡Y mi más audaz cualidad es que nunca,
nunca y nunca perdono!
(Estruendosos aplausos dieron al Resentimiento, pero se notó su resentimiento porque esperaba más. La Vanidad tomó su turno.)
La Vanidad
Soy la Vanidad del latín Vanitas.
Soy la cualidad de los hombres de mentes vanas.
Son las mujeres mis más firmes poseedoras
en cuestiones externas
pero también los hombres me usan con descaro.
Mi especialidad va de la mano con la soberbia.
Engaño con mucha facilidad a los hombres con lo material
y muchas veces con lo espiritual.
Los badulaques ignoran que todo pasa,
en éstos hago mi mayor trabajo.
De todos los hombres que hasta ahora han existido,
fue Salomón quien en la Biblia me ridiculizó
y me golpeó casi hasta la muerte.
Me incrusto en la lengua de los mortales
y les hago decir verdades y mentiras que les perjudique.
La arrogancia y la presunción son mi equipo.
La representación, la ilusión y la fantasía,
son las herramientas que uso
para el sometimiento de la raza humana
a una vida de ficción.
Me gustan los vanos porque usan de mis atributos
y me exhiben en sus vacías cualidades.
La verbosidad inoficiosa inútil e insustancial,
es la vanilocuentia con que el latín describe
a los habladores de basura;
por esta sencilla razón
adoro a los habladores insustanciales.
Los discursos inútiles soy yo quien los prepara.
Me son chocantes los hombres que me usan a medias
porque me ridiculizan.
Cuando un repugnante mortal se dirige a otro
y le detecta mis encantos,
¡soy yo quien lo posee!
Vanus, le dice el latín a quienes me usan y a decir verdad,
me gusta el latín.
Me embelesan los hombres y mujeres vanos
porque son los que me cultivan.
La irrealidad de la humanidad fui yo quien la inventó.
Yo doblego a los hombres y mujeres hasta despojarlos
de sus sustancias y la realidad.
Con mi sagacidad les dejo sus cerebros vacíos y quebradizos.
¡Soy yo quien ha inutilizado con más vehemencia
a la humanidad en todas sus vanidades!
cuando los embebo con la arrogancia y la presunción
(Intentaron la Arrogancia y la Presunción levantarse, pero el discurso de la Vanidad los opacó)
Soy volátil, pero los míseros hombres lo ignoran.
Los desgraciados que me usan,
son desparpajos de hombres sin fundamentos y si razón.
Vanidad de vanidades, todo es vanidad, así dijeron,
pero el cerebro de los hombres lo seduzco yo.
Los escritores me adulan o me odian,
pero a ellos también arrastro cuando me da la gana.
Yo enemisto a los hombres y mujeres entre sí.
Soy quien impulsa a deseos pasajeros.
Los objetos superfluos les pongo valor
y los hago atractivos a los ojos de los imbéciles.
El consumismo es nuevo entre nosotros
pero a él le debemos muchos triunfos.
(Los aplausos, silbatinas y vítores, hicieron que el Consumismo se levantara y la Vanitas continuó.)
Los placeres de la vida yo los inventé.
A los despreciables talentosos e inteligentes
siempre los confundo con mi sutilidad.
Conmigo la honorabilidad de la hipocresía tiene más sentido.
Los hombres de negocios los poseo y los hago sucumbir.
Los gimnasios son uno de mis templos,
aquí formo la silueta y la mente de hombres y mujeres
y los subyugo a más no poder.
Las dinastías y las monarquías las sostengo yo.
Al mundo entero persigo.
Lo mundano y lo frágil es mi especialidad.
Hasta la misma vida,
hago creer a los hombres que es algo pasajero.
(Aplausos a la Vanidad, que se sintió inflada por una Rosa que le arrojó la Hipocresía. La Traición rascó su garganta y participó.)
La Traición
El latín me llama traditĭo,
pero lacra es lo que soy en mis carreras oscuras
porque soy lo que se consuma cuando
quebranto la fidelidad o lealtad
que se debe guardar o tener.
Por cornudo me cambiaron
y por venado o cachón me conformaron.
Soy delito cometido por civil o militar
en las filas o en las camas
que atente contra el otro o la otra
y la seguridad de su país.
De mí, se han nutrido miles
desde que el mundo se inventó.
Astucia me llaman también
cuando me simplifica la conveniencia.
Soy la faena que revoletea en los países pobres
de ricas materias primas.
Soy la orgullosa ambición que me camuflo
contra cualquier soberanía
o contra el honor,
o contra la seguridad
y la independencia del Estado.
Siempre fui y seguiré siendo
el azote de los pueblos que guardan esperanzas.
En las religiones hago mis pininos
y en la política mi doctorado.
Alevosamente soy la falta a la lealtad o la confianza.
¿Dónde duelo más?
¿En el matrimonio de algunos días
o en el de treinta años?
¿En la amistad?
¿En las milicias?
¿En lo económico?
¿En lo patriótico
o en lo religioso?
¡Pero cada cual que se acomode donde pueda!
Soy más importante que Judas
porque siempre voy en los besos de mejilla.
Traición, me llaman los códigos
pero yo en mis adentros soy el delito
contra la seguridad exterior e interior
de un Estado, de un Continente, o dos,
si me lo permiten.
Soy la falta considerada de forma habitual
como de las más graves
y si me agarran me castigan feo
y las penas que me dictan son de larga duración
y… con el desgaje de cabeza… ¡Hay!
Soy la traición o la infidelidad
en todo acto contra el Estado
y la amistad cuando ayudo al enemigo,
en los ultrajes a la nación,
en inducción a la guerra contra el país propio
o el ajeno, y me simplifican como espionaje.
Soy el coco de las soberanías o independencias.
Felonía también me dicen
en los códigos de letras muertas.
Y de nacionalismos o nacionalidad que ni me hablen.
Lo mió es el odio, la envidia o el billete.
Conspirando soy conspirando
y superior que me caiga mal
simplemente lo conspiro.
Infiel me llaman en cuestiones religiosas
pero a mi no me importa.
Traidor o traidora le llaman a mis usuarios humanos
y lo mismo a mis usuarios del reino animal
pero tampoco me importa.
Algunos atrevidos dizque son adivinos
porque me sienten en un saludo o en los ojos
de un honesto traidor pero yo me sé camuflar.
Cambios o abandono justificados
también me llaman.
El fingimiento de alegrías,
los gestos y en el habla es mi especialidad.
Soy la viva falsedad y alevosía
que causo dolor en lo profundo.
Soy la experta en documentos públicos o privados
y la mentira en la teoría científica.
Y en cuestiones de monedas o billetes
soy el mejor cliente de un banco Suizo.
Mi testigo más importante
lo tengo en un billete de 33.
(La traición es el vicio más repugnante de la raza humana. Motivo por el cual los aplausos fueron largos y sin comentarios por los presentes. El Egoísmo tomó lugar)
El Egoísmo
Soy el Ego, este es mi nombre en latín,
egocentrismo, egocentrista, egoísmo,
individualismo, utilitarismo,
¡que palabras tan agradables!
También me cautiva la despreciable autoestima en exceso.
Soy el inmoderado y el excesivo amor a mí mismo.
Solo atiendo mi propio interés.
Por las cualidades que menciono, no me importan los demás.
MI y Mí condición es única y personal.
Como me gusta Mi mismo YO,
creo que como YO, solo YO.
Me embeleso en los hombres que poseo,
sobre todo a los inteligentes
y conscientes porque los confundo.
De los hombres del común no me ocupo
porque desde sus concepciones me beneficio.
Todo el que trata de hacerme a un lado
le cambio el YO por el súper YO.
Soy YO el egocentrismo si no es YO nadie.
Desbordo con el cinismo a las personalidades.
Soy el centro de la atención donde quiera que me inviten
y donde no me inviten también.
El despreciable amor lo confundo y hago sufrir con dulzura.
Por mí se mueren de hambre pueblos enteros.
Soy la bandera y el escudo Norteamericano.
Gracias a mí, las oligarquías y el burgués se mantienen.
Soy el consentido de la clase media mundial.
La desnutrición infantil en todo el mundo es gracias a mí.
¿Quien es la hambruna sin mí?
¡El paludismo, el sarampión, la difteria y el cólera
soy YO quien las sostengo!
Las puertas de los hospitales pobres
son mi mejor carta de presentación.
¡YO y solo YO envilezco al hombre!
Somos como yuntas los intelectuales y YO,
para negar el conocimiento.
La educación la esposo a mi mano.
La ignorancia fui YO que la inventé.
(Con esta expresión se escuchó un espeluznante ¡ooooooh! Mientras con disimulo miraban a la Ignorancia que permaneció callada. El Egoísmo prosiguió.)
El altruismo lo inundé de mí y despedacé la ética.
El utilitarismo es mi mejor forma de actuar.
Soy el supremo fin de la existencia
cuando YO y YO y solo YO,
embutido en los humanos
me embeben en sus mentes sin importarles los demás.
La supervivencia es la cuna de mis principios
y el sobrevivir es mi otro nombre.
El imperio del dinero lo manejo YO.
La culpabilidad social y los temores son mis herramientas.
En Wall Stret tengo computador
y tablero digital propio.
Soy tan poderoso que busco el bienestar social
con aparente bienestar social.
Soy la mano derecha de la diplomacia neoliberal
y en las relaciones internaciones
tengo el titulo de plenipotenciario canciller.
El triunfo en lo social
depende del buen manejo que se haga de mí.
La hipocresía, el engaño y YO,
formamos parte del hombre y la mujer integral.
(¡Los tres nos adueñamos del hombre, pero tú eres el mejor! Dijo la Hipocresía. A sabiendas de la hipocresía de la hipocresía, de la hipocresía que usó, todos en el recinto guardaron silencio con Hipocresía)
(No Pretendo -- dijo el Engaño --, usar contigo mis encantos, pero tú alientas a tus amigos a convertirse en uno solo contigo, ignoraba muchas cosas de ti, pero al conocerlas, veo la gran necesidad de compartir tus ventajas. Como si no fuese con él, el Egoísmo siguió)
En lo sexual fui YO
quien mantuvo a las mujeres reprimidas por siglos.
Las falsas tendencias y logros del hombre sin mí,
son simples falacias.
Mis santos y queridos poseedores son los religiosos
con sus agraciados y obtusos fanatismos.
La satisfacción de MI es YO.
Palabra y acción dulce, es el individualismo.
Me encanta la religión
porque hace creer que la salvación
solo viene de la ayuda divina
después de la visita de Nagera.
Odio a todo aquel que me satiriza.
El Comunismo y el socialismo
se fortificaron gracias a mí y ¡me arrepiento!
Los viejos políticos me impusieron a los nuevos
y los ricos me deben todo lo que tienen.
El modernismo me llena de disculpas
para YO actuar con libertad.
¿Hay amor mas sublime hacia mi,
cuando un niño niega su chupeta?
La pobreza y la miseria son mis creaciones.
Lo innato de mí viene escrito en los genes.
Carlos Marx, Lennin, Mao y los otros de su corte,
casi me derrotan con sus falacias de la igualdad.
Soy YO el principal rector de las ciencias.
Sin mí los hombres poseerían sabiduría.
La juventud es mi decanatura,
pero los mantengo en recreo.
(Aplausos y silbatinas con algunos puñados de flores. La Pereza sin levantarse y bostezando tomó la palabra.)
La Pereza
Soy la Pereza y la creación entera
es mi enemiga porque no deja de trabajar.
Si el Negrito del Batey dice en su canción
que el trabajo lo hizo Dios como castigo,
¿por qué la naturaleza contradice a Dios?
Odio el Universo y la tierra porque nunca dejan de girar.
La madre de todos los vicios me llaman
y el latín me llama Pigritía.
Odio a las abejas y las hormigas
pero al zángano le adoro.
Soy la negligencia, el tedio o el descuido
en las obligaciones de los hombres.
Soy la flojedad y la tardanza
en la acción y el movimiento.
Lo único que idolatro de la naturaleza
es al perezoso del amazonas.
La lentitud y la tardanza, ¿no hacen parte de mí?
Me elogiaron los huelguistas del mundo
que inventaron la operación morrocoy.
Soy la virtud de las váginas y los prepucios hediondos.
Soy la flojera y el descuido
en la realizaciones que el hombre debiese ejecutar.
La vagancia la convertí en ciencia;
y los mismísimos estados se benefician
con la indigencia que yo mismísima fabriqué.
La flojedad de la mente se debe a mis peculiaridades
y por éstas, mantengo a los mamarrachos mortales
al servicio de todos los aquí presentes.
(Colocándose de pie todos aplaudían y silbaban. Cuestión protocolar que la pereza no inmutó. Solo la Envidia daba ¡hurras! hasta que la hicieron callar. La Pereza continuó.)
¡Por mí la humanidad no lee!
¿no es este el mayor aporte para nosotros?
¡Por mí los hombres no piensan!
¿No son boberías que yo dirijo en el cebo
que tienen por cerebro?
¡Por mí los hombres se desentienden de ellos mismos!
Soy quien da la oportunidad a la mezquindad,
para que los verdugos
sean la conciencia de los incautos.
Tardos y lentos convierto a los hombres y mujeres
para desmemoriar su memoria.
Mis exquisitos platos fuertes son:
la cama, el chinchorro, la mecedora y la tumbona.
La somnolencia y la soñolencia las administro yo.
Dormir hasta tarde obligo,
para que todos ustedes posean al desventurado les digo.
¡Me fascina el relax permanente!
Las más duras batallas las sostengo
con la aborrecible creatividad.
Vil, es el más dulce nombre que poetas,
hijoépuetas, y escritores me pusieron.
Los fracasos de los hombres
se deben a mis castas cualidades.
Por mí la corrupción es el linaje humano.
Yo destruyo las ilusiones.
Con la benevolente esclavitud tengo alguna diferencia,
porque ella somete a los esclavos
al obligatorio y despreciable trabajo.
Hago confusión entre la recreatividad y la ociosidad Je Je.
Por mí existe el facilismo.
Formo parte de los ilustres
que han promovido el placentero caos
y el declive humano.
Algunos poetas me satirizan con halagos, ¡los adoro!
La codicia y la miseria moral,
también comparten junto a mí
los primeros peldaños de nuestros triunfos.
Poseo al hombre hasta el abandono
y lo aniquilo hasta la mismísima muerte.
Me fascina la música que el mortal compone
instando a los débiles a mi uso.
Por mí miles de pueblos desaparecen.
Soy como afrodisíaco al hombre ignorante.
La seguridad que poseo
para la destrucción de maldecidas virtudes
y espeluznantes hábitos ¡es tal!
¡que a la diligencia la odio!
¡la aplicación la odio!
¡la acción la odio!
¡la laboriosidad la odio!
¡la prisa la odio!
¡la premura la odio!
¡la urgencia la odio!
¡el apremio lo odio!
¡la rapidez la odio!
¡la presteza la odio!
¡y a mi primer y mas odiado enemigo, el trabajo!.
Pero mis otros adorados nombres los inyecto con sutileza
y hago estragos cuando poseo al infeliz con:
modorra, parsimonia, haraganería, ociosidad,
moho, molicie, roncería, lentitud, zanganería,
inactividad, comodidad, indigencia, inacción,
somnolencia, inercia, indolencia, dejadez, flojedad,
pachorra, holgazanería, vagancia, desaplicación,
tardanza, y el abandono.
(Los aplausos no cesaron hasta después que algunos vicios mencionados como otros nombres de la pereza, le bajaran de sus hombros. Fue el Odio quien se levantó y dijo:)
El Odio
La respetable pereza,
me usa para atacar a despreciables
y malignas virtudes que el hombre lleva a cuestas,
pero desde este momento,
puede estar segura que le proveeré
de una alta dosis de mi cóctel,
para que pueda aniquilarlos con más rapidez.
Desde ya le auguro los más asombrosos triunfos,
porque sé que nuestra convención
nos llenará de armas infalibles
para la total derrota de esa horrenda especie.
(Los aplausos fueron seguidos de un refrigerio que se componía de jugos de hiel como bebida y ponzoñas de alacranes como sándwich, para luego continuar con el orden establecido. Turno que tomó la Resignación.)
La Resignación
Antes de proceder con la presentación de mis cualidades,
quiero dirigir a la excelentísima Ignorancia,
la más grande de las gracias
por la coyuntura brindada en la confusión
para comprender mi real significado.
Ha usted y solo a usted,
se debe que el malvado humano
me tenga como una Santa paloma;
porque al confundirme
con el despreciable aceptar de aceptación,
me dieron la gran oportunidad
de meterme en su miserable mente
y hacer de ellos unos sonsos y desdichados.
También quiero dirigirme
a la Real Academia de la Lengua Española,
con humilde agradecimiento por opacar mi verdadero nombre
con significados incomprendidos
y para que, con la ayuda de el Disimulo,
pudiera estar de boca en boca
y hacer un caos los sentimientos de los condenados humanos.
(El Disimulo interrumpió los aplausos y dijo: ¡Siempre cuenta conmigo para lo que desees!)
(La Ignorancia dijo: Sé que tu gratitud es la más de las repugnantes leales, pero quiero saber con todo detalle un poco más de ti porque cuando llegaste, algunos no estábamos seguros si tu invitación era despreciablemente correcta. Gracias por tú notar, dijo la Resignación y continuó)
Pero la inquieta sospecha que tuvieron,
fue precisamente por la capacidad de fingir lo que no soy.
Aquí incluyo otra gracias a la Falsedad.
Déjame pues, con todo repugnante respeto
dirigirme a todos y explicar mi membresía
en tan selecta organización.
Gracias a ti querida Ignorancia,
el hombre me utiliza
sin saber que cada vez que me empotro en su interior,
soy una de las más afortunadas dañinas.
Porque cuando poseo a un tónto,
puedo doblegarlo a ser un perdedor de por vida.
¿Quien en realidad soy?
El latín me dice resignare.
Soy la que induzco a los hombres y mujeres
ha aceptar la perdida de sus derechos
con r-e-s-i-g-n-a-c-i-ó-n.
Porque el Re, se lo pongo a su signo y a su acción
y sin darse cuenta me les convierto en su destino.
Hasta yo misma me admiro de mi falsedad.
Soy la voluntariosa forma que el ruin humano expresa
cuando está satisfactoriamente perdido.
Me gustan los hombres malos y poderosos
que doblegan la voluntad de otros
poniéndolos en sus manos con mi ayuda.
Me tienen por buena,
pero soy la más cruel enemiga de la macabra autoestima.
Soy experta en el disfraz
y tomo la conformidad y la convierto en conformismo
igual que la tolerancia y las despedazo.
A la miserable paciencia es la que mejor imito.
Me fascinan los desastres naturales
porque con ellos me usan muy a menudo.
Me disfruto con la muerte de los seres queridos
para con la ayuda del disimulo posesionarme
y sumirlos también hasta los huesos.
Por esto la gran adversidad es mi excelsa bendición.
Con mi sutil nombre,
cedo a muchos a ser esclavos de otros hombres.
Solo la adorada suerte me hace competencia.
Todos los perdedores me usan
y el sometimiento es mi deleite.
Amo al mal esposo
y quiero con locura a la mala esposa
cuando tienen esposos aguantadores.
Adoro los malos empleos
y los hombres mal pagados se conforman gracias a mí.
Los pobres son mis socios
y los desempleados se sientan en la plaza conmigo.
Las perdidas económicas son mi más delicioso manjar
y de calma también me disfrazo.
Soy la experta consejera inmobiliaria
de los expropiados por la burbuja del capitalismo.
Tengo un antifaz que se llama esperanza
y cuando la resignación que soy yo,
tomo a un imberbe y lo resigno,
resignadamente a su cruel destino,
¡se tiene que resignar!
(Volaron confetis multicolores y los aplausos y silbatinas duraron lo normal. La Suerte se levantó por suerte y dijo:)
La suerte
Sortis me llama el latín,
y me encadeno con cualquier suceso
que la tonta humanidad
considera como fortuna, casualidad,
de buenas o de malas,
pero nuca causal,
porque su testa no les da.
“Así lo ha querido la suerte”
dicen los impotentes,
los que esperan del cielo literal.
La tonta humanidad confunde las circunstancias
con, mi circunstancia,
mientras yo me deleito en sus circunstancias.
Por merita casualidad,
lo favorable o lo adverso de uno, de unos
o de todos, me lo tiran sin más ni más a mí.
¡Que mala surte la de fulanito!
¡Que mala suerte la de perencejita!
Dicen los tontos,
mientras otros me consultan en los libros
que se escriben de mí.
“Dios te dé suerte”
Dicen otros
cuando la verdad de las verdades
es que si alguien tiene mala suerte es Dios
con la creación de esta humanidad tan torpe.
A los gitanos muchas gracias
por ayudarme a embaucar,
a los santeros, los chamanes
y todos los baños de hierbas,
incluidos el San Antonio de las beatas.
Para el bien o para el mal
de persona, animal o cosa,
soy yo lo único importante.
Gracias a la ignorancia y las religiones
me masifican por doquier
y yo me extiendo sin saber escribir y siendo ateo.
¡Es tal la ignorancia humana,
que la mismísima jefatura de un Estado,
me la dejan a mí!
Y los pueblos tercermundistas,
creen, que sus sátrapas y lacayos dirigentes
son cosas de mis sustancias suertudas.
Hombre y mujeres de baja suerte
le dicen a las grandes mayorías que llaman masas.
Mientras un burgués se prepara con todas las maldades
y ni me nombra.
La adivinación, lo por venir y las de buenas,
es lo único que para muchos existe,
mientras yo misma no sé si existo.
El acaso y el por si acaso,
viene campante desde los mitos griegos,
y yo también ando rampante
desde antes de los griegos.
Gracias a mis cualidades,
se inventó la psiquiatría como cosa
de los impulsivos jugadores,
mientras yo los arruino del bolsillo y de su vida.
Carreras de caballos, dados, cartas
y hasta los deportes dependen de mí,
y no de los esfuerzos según la tonta gente.
Soy el azar en los dados
y en los enamoramientos.
Soy la herencia que no se merece.
Soy la viuda rica que se levantó el vivo.
Soy la sirvienta que se casó con el galán de la novela.
Soy el empleo en la crisis del capitalismo mundial.
Soy el éxito del torero y no de sus destreza.
Soy el billete de lotería que se compra todos los días.
Soy la mira del mal comerciante.
Soy lo providencial para el que no se merece nada.
Soy la mente del desgraciado que se siente como tal.
Soy lo fortuito o lo casual del ignorante alienado.
Soy el sorteo que gana el que nunca espera nada.
Soy la insistencia que se confunde conmigo.
Soy el sudor nervioso del jugador empedernido.
Soy la circunstancia y el resuelve del perezoso.
Soy la duda del pesimista.
Soy la pelota del bingo
y el golpe que espera el suertudo.
(Fuertes aplausos para la suerte. La Vulgaridad tomó lugar)
La Vulgaridad
Soy la vulgaridad porque dizque salí del vulgo, de la gleba,
y poco a poco,
me introduje en todos los estamentos sociales, y académicos.
Achacan mi origen solo a las clases bajas,
pero yo sé que en la hipocresía de la clase alta
es donde en realidad tengo actuación.
Muchos no me usan en sus palabras
pero sus pensamientos los tengo surtidos de mí.
El latín me llama bulgaritas
y soy el dicho sin fundamento y la aparente muletilla.
La veracidad la volví trizas
y a quien poseo, todo hecho le carece de notoriedad e importancia.
Los “educados” me rechazan en publico
pero yo los conozco en sus pensamientos,
en su alcoba y en el baño.
Lenguas veraces y cultas las odio.
Soy muy bajo lo sé y gracias al subconsciente,
puedo vapulear a los imbeciles humanos.
Y las frases, los dichos, las palabras, acciones
y pensamientos por mi elaborados,
¿no los valoricé y los incrusté en la sociedad entera?
Las altas esferas sociales
me achacan a los de abajo pero yo los conozco.
Ciencia, arte, y conocimiento lo vulgarizo.
Soy el mal gusto en las artes y en lo artístico.
Burguesía que no me use no vale un céntimo.
En la moda tengo mi gran satisfacción.
La libertad de las mujeres la convertí en yo.
(Aplausos modestos repartían para la Vulgaridad, pero se convirtieron en estruendosos aplausos cuando la Miseria tomó el micrófono y dijo:)
La Miseria
Despreciables saludos a todos.
Soy la desgracia.
Soy la estrechez.
El latín me llama Misería.
Soy el duro trabajo.
Soy el faltante de lo necesario para el sustento diario.
Soy el infortunio porque conmigo todo falta.
Soy la honorable presidente mundial
de la pobreza extrema.
Me quieren con locura en el estrato uno
que es la misma y adorada clase baja de los desdentados,
los tierruós, los indios, los negros y los blancos pobres
que los norteamericanos llaman ratas.
Pero también alimento de mis jugosos líquidos
al rico cuando lo convierto en avaro.
Al hombre que la mezquindad posee,
soy yo quien lo protege.
A la Resignación le debo la pobreza.
(Movimiento de cabeza en señal de aceptación de la Resignación. La Miseria continuó.)
Los miserables me adoran
y me miman y juegan conmigo en la cochinada,
porque no hay nada mas tierno
que caricias en medio del desaseo.
La poca cosa me magnetiza.
Con las desgracias hago los más grandes carnavales,
y de estas fiestas pregúntenle a un oligarca.
A los desdichados e infelices
les enseño a danzar melodías miserables.
Que hermosa es la escasez, la promuevo yo.
Al abatimiento lo sobrevalúo
y procuro deshacer el horrible valor.
A los mezquinos los engaño con el despreciable ahorro.
Para mí son como adonis un perverso y un canalla.
Odio hasta el cansancio
a los hombres que se compadecen de la pobreza
y de las desgracias;
pero mi odio mayor,
va para todos los socialistas que buscan soluciones utópicas.
Míseramente hablando, soy eso, lo bajo y poco.
Los dignos de lastima solo yo los estimo.
El pecado y las miserias ajenas,
Dios las perdona, ¡que malo es conmigo!
Convierto en ahorrativos a los oligarcas del mundo
cuando de solidaridad con los pueblos pobres se trata.
A los mendigos de pan hay que darle solo migajas.
Al mendigo de bondad y amor yo lo sostengo y lo estimulo.
La clemencia y la piedad me repugnan.
Palabras dulces son miserables, avaros y mezquinos.
Tacañería es algo así como vivir deliciosamente.
Misérrimo es mi primo.
Admiro el mal vestir y soy el modisto de los harapientos.
Soy el representante de ventas
de los industriales de cachivaches y baratijas.
Soy el arquitecto de los tugurios, los ranchos y la chavolas
y los ranchos son mi mansión.
¡Que buenas son las gentes miserables!
Para los Guerreristas soy el más experto estratega.
Soy industrial porque produzco la pobreza mundial.
Con mucho orgullo fui yo quien desgració la filosofía.
¿Que es la nada sin mí?
Soy la realidad contemporánea.
Los que creen en los cambios humanos
me llaman intolerable, me gusta ese nombre.
Atroz me dicen, con mucha humildad lo acepto.
La sumisión y el desheredar es mi bandera.
Los gobiernos neoliberales y yo concordamos los salarios.
Soy el concejero principal
de las invasiones de los yanquis.
El empresario me consulta como asesor
en cuestiones de jornales.
La prostitución me da buenos dividendos.
La gente humilde me debe su excelente posición a mí.
¡La moral la convertí en yo!
Los explotadores los protejo divinamente.
A la ignorancia del conocimiento debo mi existencia.
Gracias distinguida Ignorancia.
(La Ignorancia hizo un ademán de cabeza)
Al Egoísmo quiero ser yo
quien le condecore en este certamen.
(Sonrío el Egoísmo)
El termino más encantador del momento es
CRISIS ECONOMICA.
El abuso y yo somos casi un matrimonio.
Gracias a la Hechicería, la Superstición y la Esperanza,
por todos los favores que recibo.
(Los tres mencionados se pusieron de pié e hicieron venia)
Los ejércitos de desamparados me dicen mi general,
humildemente les acepto mi ascenso.
¡Injusticia! ¡Que linda eres!
(Sonrió la Injusticia)
¡Yo inventé los cinturones!
(¡Explícate! Gritó la Malicia)
¡Los cinturones de miseria!
(Carcajadas de todos. La Miseria eufórica continuaba)
Los historiadores me tienen como su principal protagonista.
Las masas, la clase baja, los desplazados,
los refugiados y los mendigos,
me deben a mí todas sus posesiones;
además de los derechos por su fama mundial.
Muchos opulentos en el pasado,
hoy me tiene mucha consideración.
Yo brindo un optimo nivel en mi mundo
a los que fracasan en lo social.
Soy el dios de los africanos gracias a los imperios.
En Banglades me veneran gracias a las inundaciones.
En Haití soy ministro de economía nombrado por los yanquis.
Del tercer mundo en general soy su canciller.
¡Soy el secretario general de la decadencia mental!
Los que luchan para erradicarme
no saben con quien se meten.
Lo fundamental de las vidas humanas soy yo.
Los que me persiguen no me preocupan
porque soy buena en el trote.
Cuando me quiero generalizar
me tomo al hombre con todo y riñón.
Mantengo en mi borde a la humanidad entera.
Doy todo mi apoyo al obrero.
Mantengo en la línea a los que por mi causa aguantan hambre,
sé que es una agraciada indiscreción de mi parte
pero es mi formación profesional.
Mis más sobresalientes logros los he conseguido con las hambrunas.
Soy líder y me gusta serlo en todos los problemas sociales.
¡El hundimiento del despreciable hombre en lo mental y material,
se debe a mis cualidades!
Los hogares descuidados los administro yo.
Soy la principal accionista del Banco Mundial.
El Fondo Monetario Internacional
me nombró su gerente plenipotenciario.
De los impuestos de todos los gobiernos soy su asesor.
El IVA de todos los gobiernos me debe su creación.
El Comunismo y el socialismo me atacan por todos los flancos,
pero, ¡de que lo aniquilo, lo aniquilo!
¡Erradicarme a mi! ¡Que tontos sois!
Soy turista permanente de los países sobrepoblados.
El crecimiento descontrolado de la natalidad de los países pobres
es mi principal aporte a la humanidad.
Odio a los pobres del mundo
que no me buscan para secar sus lagrimas.
Erradiqué el positivismo de las mentes de los pobres.
Desmenucé la descabellada autoestima.
Permaneced en mí y yo en vosotros es mi lema.
Los campesinos del tercer mundo
me nombraron ministro de agricultura.
De los gobiernos déspotas y dictatoriales
soy su primer ministro.
Yo, la Violencia y la Ignorancia,
somos el pan nuestro de cada día.
(La Violencia y la Ignorancia se miraron con amplia sonrisa, mientras la Envidia agachaba la cabeza por envidia. Continuó la Miseria.)
De economía y finanzas, pregúntenme a mí.
Agradezco a los xenófobos
que han hecho creer que algunas razas de humanos
me deben sus genes a mí.
La comodidad de los barrios bajos
y el privilegio de vivir en ellos,
es deuda permanente de sus habitantes conmigo.
Gracias le doy al déspota y al indolente
que me tiene consideración.
Soy la protagonista de los problemas mentales.
¡Yo soy el creador del pesimismo!
Las quiebras financieras me proporcionan clientes.
La prostitución y yo salvamos a muchas mujeres.
La tristeza me brinda la mayor de mis oportunidades.
En los campos de refugiados soy el medico,
soy el camarero y el ecónomo.
Mantengo a los pobres en constantes rezos y alabanzas
ante mí postrados.
Los desplazados me meten en su mochila.
¡Yo fui la real redactora y correctora
de la Declaración Universal De Los Derechos Humanos!
Pero la real gracias de todas las gracias,
se la debo a los expertos economistas
de la Sorbona y Haward
y ha todos los honorables políticos del mundo,
en especial a los que la agraciada corrupción
brinda su permanente ayuda.
Gracias también a la honorabilísima Crueldad
por mantenerme a los pobres y mujeres
en mis caminos ¡a la buenas o a las buenas!
(La Corrupción y la Crueldad se levantaron y fueron los primeros en aplaudir el discurso de la Miseria. La silbatina y los confetis fueron en abundancia. El Racismo tomó el micrófono y dijo:)
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