sábado, 19 de febrero de 2011

Dialogos de los vicios Parte I

Diálogos De Los Vicios (Poema y sátira) Parte I
Por: Hernando Cortés Pico

Antepoema

La humanidad en su totalidad con los ensayos políticos, religiosos, filosóficos y sociales de mejoras conscientes (fracasos para las grandes mayorías dominadas) y sutiles ensayos de maldades conscientes y subconscientes, (“exitosas” para una minoría dominante) perdió el derrotero en sus búsquedas de felicidad individuales o colectivas y, la perdida de valores, reemplazada por sutiles formas e instintos del cultivar malos hábitos, los que ahora llamaremos vicios, forman parte de cualquier hombre o mujer para poder desenvolverse en su diario vivir. Los vicios, decidieron convocarse a una Cumbre Mundial, donde se armarán de más fortalezas y estrategias para la totalización victoriosa de una guerra dada por pérdida y entregada en bandeja por sabios e ignorantes.

El egoísta conocimiento de la minoría dominante y la ignorancia inducida de la gran mayoría, tiene coronado de victoria a todo vicio que sin careta viene empotrándose al interior de todos; y el genero humano a sabiendas y por facilismo, permite que los asuntos negativos de todo estrato se conceptúe como normal y las consecuencias sean justificadas con la pretendida y enseñada tendencia dañina de la naturaleza humana.

El Centro de Convenciones introducido en el interior emocional y de la mente común de hombres y mujeres de todas las edades, se encontraba abarrotado por los invitados muy animados, por ser la Primera Cumbre de Vicios concertada alrededor del globo. La reunión convocada se veía concurrida y con lleno total por la certeza que cada uno de los presentes aseguraba y por los triunfos obtenidos en batallas grandes y pequeñas. Las medallas y condecoraciones pendían de sus impecables vestidos, dando testimonio de los premios ganados en desiguales confrontaciones porque el parecer de los invitados así lo precisaba. Todos, sentados en el escenario decorado con celestes colores y esponjosas butacas confeccionadas en nubes tempestuosas mentales, daban por iniciado el gran evento.

El Autor











La Envidia
Ilustres invitados, como la demás grados,
honores y más condecorada,
concedidos desde el comienzo de los tiempos,
doy por iniciado este trascendental certamen
a la vez que concedo la más calurosa
y cordial bienvenida.

(Aplausos)

Así mismo,
quiero presentar dos nuevos miembros
que hoy por hoy,
vienen siendo los que más triunfos han adquirido
en la fáciles luchas que libramos
con nuestros acérrimos enemigos pero incautos humanos.
Aunque somos viejos conocidos
y el principal campo de batalla es el mismo,
quiero recodar que los rangos desaparecen
una vez hecha la correspondiente presentación.

Al exacto tiempo que damos todos
una pequeña reseña de nuestros triunfos y cualidades,
recordándoles hacer mucho énfasis en los logros obtenidos.
Esta corta intervención es la que dará la pauta
para que los planes trazados
en los triunfos dados por sentado
por los imbeciles hombres y féminas se cristalicen.
Habrá un discurso por nuestra distinguida
y excelentísima Mentira y dos discursos sorpresas.
Como primer orden del día,
la presentación de nuestros nuevos miembros
comenzando con la Corrupción.



(Aplausos)


La Corrupción
Gracias muchas gracias;
quiero comenzar por agradecer
la colaboración que me prestan
para lograr los triunfos que día a día y minuto ha minuto
cosecho destruyendo la humanidad.
Haciendo un reconocimiento más,
mucho más especial, a la Avaricia,
al Disimulo, la Hipocresía y la Ambición.

(Los mencionados se regodearon en sus butacas mientras hacían venias con sus cabezas)

Pero de sobresaliente manera
a uno de los miembros nuevos
como es el Consumismo.

(Sonrisa del mencionado)

Todos ustedes son diestros
en el buen manejo que vienen brindándome
para los triunfos adquiridos,
pero los antes mencionados son mi mejor equipo.

(Todos aplaudían mientras los aludidos saludaban con elegantes saludos de cabezas)

Cuando la muy distinguida Envidia
me presenta como uno de los nuevos miembros,
acepto con humildad lo de “nuevo”
pero quiero recordar a todos que mi antigüedad
viene también como la distinguida Envidia,
desde los remotos tiempos
con el testimonio claro de Eva y lo prohibido.
Solo que para ese entonces
y por la ignorancia de nosotros
creyendo que el hombre podría derrotarnos,
yo vivía camuflada dentro de los altos dignatario aquí presentes
y con la creatividad que siempre los distingue,
pasé desapercibida por los detestables seres humanos.

Hoy, soy quizás
el que más honores cosecho,
pero todos estos triunfos se los debo, repito,
al trabajo mancomunado de todos.
Por esta razón,
éstas victorias son dedicadas a cada uno de ustedes.

(Aplausos)

La Envidia
Siguiendo el orden del día,
con ustedes el Consumismo.

(Aplausos)

El Consumismo
Gracias distinguida Envidia,
gracias ilustres invitados
y muy especiales gracias
a la Avaricia, el Derroche, la ignorancia y la Vanidad,
que con sus cualidades
limpian el camino para que yo con facilidad
pueda mantener la mente vacía de los hombres
con inoficiosos gastos y artículos de consumo
en especial a las mujeres, los jóvenes y los niños.
Gracias a todos,
porque los tiempos gloriosos que vivimos
hace que miembros como yo,
nos solidifiquemos en las mentes humana
para su destrucción y así de este modo,
ser un digno miembro de esta selecta organización.

(Aplausos)

La Envidia
Ahora con orden,
disciplina y con la cordura que nos maquilla,
vamos a nuestra presentación en la organización.
Pido a la mimada audiencia
guardar silencio y a los participantes
hablar fuerte y claro.

(Se levantó la Hipocresía y dijo con su hipocresía)



La Hipocresía
Con el respeto de la anfitriona y de los presentes,
quiero proponer a nuestra más antigua
y prestigiosa
y condecorada
y gloriosa
y famosa
y acreditada
y temida
y celebre
y galardonada
y laureada
y notoria hermana la Envidia,
que sea ella quien comience con sus atributos de presentación
porque estoy segura,
como todos los que nos encontramos en esta sala,
que no hay ninguno que merezca el honor
de ser el primero como usted querida envidia.
Después de usted,
con mucho gusto continuaremos con su preposición.

(Aplausos hipócritas, mientras la Envidia de mala gana se dirigió a la audiencia y dijo:)

La Envidia
Soy la Envidia del latín Envidiam.
Soy envidiable, que quiere decir digno de deseo y apetecido;
me llama el hombre por envidiar
que es tener dentera de una cosa
o sentir desazón de las cualidades ajenas,
siendo esta parte la que más me cautiva.
También me fascina cuando con mi uso se apetece lo ilícito
y hago retorcer a los humanos
cuando no pueden alcanzar los meritos de los otros
obligándolos padecer de rabias y malos pensamientos.

Me han descrito en poesías con socarronerías,
me representan los imbeciles humanos con el sapo
y algunas veces como la serpiente
o han usado a la pitonisa con su bella cabeza
forrada de víboras para describirme.

Pero la verdad,
soy el sentimiento de la mismísima cólera
que experimentan los humanos cuando ven a otros
disfrutando lo deseado por ellos.
Impulso a los unos a dañar a otros
y aquí consigo que muchos de ustedes
como la corrupción, la hipocresía y el asesinato,
hagan equipo conmigo y venzamos
hasta la mismísima muerte.

(Sonrieron los mencionados mostrando la última de sus cordales)

Soy la envidia y con mis cualidades
socavo los sentimientos de los hombres y mujeres
y los convierto en desadaptados del despreciable amor.
Soy la que induce a las dañinas críticas de los hombres
y engaño a las mujeres con mi amiga la vanidad.
¡Ah! y las mujeres son mis mejores aliadas,
porque con mis contertulios más íntimos
puedo convertirlas en amargadas.

Me gusta cuando me remplazan por otros de nosotros
como es el caso de los Celos y la Hipocresía.
Hago desvalorizar a hombres y mujeres
porque conmigo se empequeñecen y se enceguecen
dudando de sus capacidades.
Me usaron Caín con su hermano Abel
y los once hermanos de José.
Me usan los reyes del siglo XXl
que se quedaron en el pasado
y los políticos neoliberales
que celan de los reyes.
De hombres y mujeres de la farándula
soy su más preciado tesoro
y agradezco a las telenovelas que con mi amigo el disimulo
me meten en la mismísima sala de los hogares.

Me gusta cuando los poderosos de la economía se pelean
y me agrada cuando por mí se distancian las familias
y los hermanos hasta se matan por herencias.
Y sobre todo,
me gusta cuando el individuo no sabe que lo poseo.
Me fascina cuando una mamá
siente mas cariño hacia un hijo y desprecia otro.
El arte me cultiva con disimulo
y no triunfan los buenos, sino los que yo dejo.
Me fascina cuando me poseen
los hombres y mujeres que se enojan con iras incultas
y pueden provocar mayores males.
Por las viejas monarquías
se sintió toda mi capacidad en el pasado
y poseo las pocas que quedan
con ¡más, mucha más capacidad destructiva!

Estoy metida en las mentes
que desean el poder ajeno.
Puedo engañar a los humanos
haciendo creer que existe una clase de envidia buena.
Me dan importancia en las canciones y la literatura
y los poetas me dicen venenosa;
me llaman enfermedad,
pero su ignorancia acerca de mí es tal,
que ninguna forma de combatirme me vence
porque la mente de los hombres y mujeres
la dominamos con facilidad
porque ellos ignoran como erradicarnos.
Al mismo Cristo mandé al sepulcro
cuando me posesioné en los ojos
y el corazón de mis portadores eternos.
La forma que más me complace
es la que usan las mujeres bellas
por otras mujeres bellas.

Comienzo a introducirme en los humanos
desde muy niños obligándolos a envidiar los juguetes ajenos.
Cuando veo bienhechores hombres y mujeres
les pongo gratuitos enemigos
envidiando así los malos a los buenos
y con mucha destreza,
hago que los buenos envidien el poder de los malos.

Destrozo la confianza entre amigos
y con nutrida facilidad,
doblego las religiones y poseo sus espíritus.
Los deportistas son mis principales victimas;
hasta la misma naturaleza poseo
cuando hago que el bejuco quiera triturar a los árboles
para subir por su tronco y robarse el Sol
siendo mi principal enemigo la lealtad.

(La mayoría de invitados al gran evento sintieron envidia de la Envidia y aplaudieron con desgano. En medio del corto aplauso siguió en su orden la Arrogancia.)

La Arrogancia
Soy la Arrogancia y el latín me llamó arrogantía
y actúo a mis anchas con viva altanería.
Los soberbios son de mi exclusivo dominio
y odio hasta el cansancio los que me ven como virtud.
Hago sentir a muchos despreciables hombres y mujeres
superiores sobre otros.
Poder sin mí ¿cual?
Odio a los toreros que muestran su elegancia conmigo.
Soy el orgullo de un líder religioso
y la seguridad de un auto santificado feligrés.
La autoestima la confundo conmigo
y los triunfos humanos los lleno de mí
porque por mí los poderosos resienten a los débiles.
Todo hombre del montón que logre triunfar
lo inundo de mis sustancias y lo aniquilo
y la maldita modestia es mí enemiga.

(Rápida y concisa la presentación de la Arrogancia, pero se sintieron fuertes los aplausos. El certamen se animaba y la Hipocresía sin ponerse de pie tomó el micrófono)

La Hipocresía
Soy la Hipocresía del latín cristiano Hipócritá
siendo el fingimiento de las cualidades
o los sentimientos de los que verdaderamente
se tienen o experimentan.
Los hombres de las letras me atacan sin éxito
porque mientras más me atacan, más me fortifico.
Son los villanos mis mejores aliados
y mis mejores aliados entre los villanos
son los políticos deshumanizados;
con éstos puedo compartir honores
con muchos de ustedes,
porque el fingimiento es mi mayor especialidad
y son los políticos los más diestros en este arte.

Desde los viejos tiempos
son los escritores, poetas y periodistas hoy,
los más claros exponentes de mis virtudes
por sus letras de subterfugios y balandrerias
de ovejas cuando en realidad
son auténticos aullidos de lobos.

Gracias a mí las burguesías del mundo
se robustecen y permanecen.
Hoy las gentes del mundo
piensan que sin mí es imposible vivir
y echan mano de mis cualidades
y me usan para fingir el odiado amor.
Me usan para ser detestables sinceros
y me usan para comprender la maldita amistad.

De los países desarrollados soy la mejor aliada
y la muestra nítida está en los norteamericanos,
a éstos son los que más adoro
porque son ellos mis fieles servidores
cuando inducen con sus actitudes
la clase media mundial.
Mi más admirado y querido amigo
es la Corrupción y la Mentira,
a decir verdad, ¿que fuese de mí sin ustedes?


(¡Gracias ilustre Hipocresía! Se escuchó con emoción de la Mentira)

(También la Corrupción intervino y dijo: ¡Gracias Hipocresía, ¿que seria de ti sin mi? Y, ¿Que seria de mi sin ti?. Los mencionados usaban la misma dosis de hipocresía que de seguro la Hipocresía usaba con modesta hipocresía. La elocuente forma de careta humana continuó.)

Gracias también a la vanidad
puedo incursionar en muchas esferas de las artes
y las culturas de todo el mundo.
Logré con mucho esfuerzo
enquistarme en el rostro y la voz
de todos los presentadores de noticias de televisión
y la radio del mundo
y hoy, de la mano del cinismo y la mentira,
puedo confundir y engañar al mundo
convirtiéndolo a cada minuto en un caos.

Soy el mejor aliado de los líderes religiosos
por grande o pequeña que sea la religión.
Conseguí a través de los siglos
engañar con todas las formas políticas.
En la profesiones y las ciencias
tengo total dominio con los periodistas,
los psicólogos y los abogados.
Contra mí se han librado las más duras batallas
con los hombres que me combaten en los hogares.
Mi mejor y disimulado sinónimo
son las riquezas del clero.
Gracias a mi uso,
el materialismo de los norteamericanos se fortifica más.
El feminismo es mi especialidad
y confundo lo moral con lo sexual.

Soy la máscara más perfecta
que usa la sociedad mundial.
Para los hombres y mujeres débiles de mente
y los perezosos de sus talentos soy la única verdad.
Conmigo se engaña con el vestir
y con las comidas.
Cuando me ridiculizan los grandes de las letras
me río de ellos y los ridiculizo;
pero gracias a todos los presentes
por las ventajas que me brindan
para mi fácil actuación.
¡Y estoy segura que sin mí,
ustedes tampoco sobrevivirían!

(Estruendosos aplausos y silbatinas se escucharon con rostros muy serios porque no se sabia si eran verdades lo dicho por la Hipocresía. Fue el Derroche quien levantándose de la butaca y con los bolsillos llenos de artículos inoficiosos tomó la palabra.)

El Derroche
Soy el derroche y también me llaman el botaratas
porque compro lo que necesite sin escatimar
y sino lo necesito, también lo compro sin recateo.
Me gusta mostrar con lujos
y toda suerte de extravagancias mi poder.
Mente que cultive, mente que arruino
y lo que consigo lo boto
y sino es mío con más razón.
Caudal que me caiga, caudal que desbarato
y amo con locura los tacaños que amontonan
para dejarlo después al derrochador que no trabajó.
El malgasto es mi rito
y odio con todas mis fuerzas al que ahorra,
al que sólo compra lo necesario y al precavido.
Yo di cuenta en el pasado de emperadores y reyes
y hoy hago lo mismo
con los dineros de la corrupción.

(Modestos aplausos dieron al Derroche. Pasaron algunos segundos y el que seguía era la Ignorancia. Fue recibida con aplausos que se confundieron con silbatinas y lanzamientos de confetis multicolores.)


La Ignorancia
Soy La Ignorancia del latín Ignorans,
soy la que induzco a todo lo malo
que agobia al mundo desde siempre.
Por mí los hombres no tienen noticias
de la despreciable verdad,
de la desconocida ciencia
y de mis acérrimas enemigas las letras.
Por mí triunfan las enfermedades
y por mí la maldad crece
porque obligo a los efímeros
al desconocimiento total.
Enfrasco a los terrenos en discusiones sin fundamentos
confundiéndolos cada vez más.

Por mí la humanidad está en su condena sin fin
y puedo irrespetar a la Envidia
y a todos ustedes,

(¡Oh! Se escuchó de todos mirando a la Envidia)

porque bien me bautizaron los hombres
con eso de que “ La ignorancia es atrevida”
y advierto a todos que en esta sala,
soy la más importante porque por mí se subyuga,
y por mí se esclaviza no tanto por la acciones físicas,
sino por las acciones en la mente.

(¡Al que tiene sus meritos no se les puede negar! Fue el comentario que hizo la Envidia. La Ignorancia continuó)

Soy la que por ignorar mis limites
me obliga a faltarme a mí misma
y faltar con mucho orgullo a los demás.
¡La principal razón humana soy yo!

Por mí están en la gloria mental de los hombres
los que no son gloriosos
y en sus tumbas los verdaderos gloriosos.
Soy mohína porque por mi negligencia
se sumergen los hombres en la oscuridad.
Los siglos me dieron la razón
y hoy los mortales me tienen convertida en ciencia.
Los individuos más grandes de la historia
me usaron y me usan con ironías
porque está demostrado que sin mí
la absurda humanidad no diera cabida a ninguno de ustedes.

Por mí toman formas los mitos
porque soy lo irracional de los hombres
en extremo cultos e incultos de naturaleza.
Soy la máxima aliada del mal
y los terrenos no deben superar mi condición
porque las grandes mentiras en las ciencias
y el espíritu humano se han sostenido gracias a mí.
Por mí triunfan las religiones sin fundamentos
y por mí se transmiten los errores genéticos
de generación en generación.

Por mí se fortalecen el rasismo y la xenofobia y
la pobreza material y de espíritu de los hombres,
son mis más fieles servidoras.
Mantengo en mi puño la irracionalidad de todos los clérigos
y lideres de las religiones que emboban.
Mantengo la expresión de los hombres
en su mínima expresión.
Soy la dueña de los fanatismos, la servidumbre,
los miedos y los prejuicios.
Por mí se destruye el medio ambiente
y hago estragos la naturaleza.
Soy la única experta en la imperfección humana
y soy la principal protagonista
de los bajos y depravados actos humanos.
Por mí triunfan los charlatanes de las ciencias
y los atrevidos escribas me satirizan.
A través de los siglos y con mi aliado el disimulo,
pude apoderarme de la mente de los científicos.

Soy la más fiel líder del desconocimiento
de los humanos hacia sí mismos.
Gracias a mí se puede abusar
de las tristes y despreciables leyes
que los hombres se inventan.
Los humanos por su pereza mental
me coronaron de inevitable.
Soy la caverna de la inocencia
y la confusión expuesta por Platón.
Por mí se fortalecen las mentes
de los hombres y mujeres guerreristas
y disfrazan mi tenencia con desarrollo o imperialismo.
Procuro con vehemencia hacer desconocer
las malditas virtudes a los hombres.

Hago que la religión y la ciencia se distancien
siendo ésta mi más victoriosa hazaña.
Por mí se fortalece el ateismo
y se fortifican las creencias estúpidas.
Obligo a los hombres y mujeres a no dudar
y creer con venda mental indestructible.
Gracias a mí
el hombre busca soluciones vanas en todas partes
menos dentro de ellos mismos.
Por mis cualidades se fortificó el irrespeto humano
además de hacer confundir lo bueno con lo malo
o lo malo con lo bueno ¿o como es la cosa?
¡Soy la más fértil de las mamás!
Porque cuando a la pereza le dicen:
“la madre de todos los vicios”
¿como me dirán a mí si soy la madre de la pereza?
Los malos entendidos entre los hombres
son fértiles por que soy la principal rectora
en el cerebro de los humanos.

Por mí el sufrimiento se fortalece
y hago que le achaquen la culpa al de “arriba”.
Sin mí el hombre se desataría de la mundanalidad
y buscaría soluciones practicas.
Gracias al disimulo puedo ocultarme
y lograr los desajustes del mundo desde siempre.
Disimulo mi permanencia
en las mentes de los incautos hombres
con el pervertido perdón
y cuando me excusan soy invencible.
El misticismo de los idiotas humanos
viene siendo mi mejor manjar.
Soy el más potente de los demonios ¡Oh terror!
Sin mí la magia negra, la brujería, la hechicería
y todo lo oculto no tendría ningún valor.
¡El odio, la codicia y la lujuria,
deben a mí su existencia!

(Todos los mencionados se levantaron y dijeron a coro: ¡Sabemos que gracias a ti, cada día nos fortificamos. Gracias querida Ignorancia! La turnada representante continuó.)

Ha todos los hombres y sus hembras
podemos derrotarlos
y sumirlos en el más oscuro de los huecos
con el cultivo de los más bajos instintos.
¿Que es lo inmoral sin mí?
¿Que es la violencia sin mí?
¿Que son ustedes sin mí?
Logré hacer de los ignorantes
unos tristes y desadaptados escépticos.
Los hombres y sus féminas
sin mí vivirían en el cielo.
El dominio del sí mismo,
es un sofisma gracias a mí.

Por mí los pueblos perdieron su memoria
y los hice desconocer su pasado
convirtiéndolos en ciegos de su entorno y de sí mismos.
Prevalezco y prevaleceré
porque me enquisté en el mismísimo tejido interior
y exterior de los hombres.
Por mí la verdadera historia se desconoce
y con los tercermundistas obtengo mis mejores
y más grandes victorias.
¡Personificaron a la despreciable sabiduría
y a mi me camuflaron en el montón,
pero resulta que soy el más poderoso de los vicios!

(Por espacio de diez minutos aplaudieron y aplaudieron y gritaban vivas a la Ignorancia. Mientras la Ira, tenía rabia del largo discurso y dijo:)

La Ira
Soy la Ira e Iracundia es mi nombre en latín.
También me asocian con el enojo y la cólera;
lo acepto con mucho gusto
porque con ellos soy trilliza.
A los grandes profetas de los hebreos
como Elías y Ezequiel los poseí.
Gracias a la envidia Caín me saboreó
y hasta el sol de hoy,
soy quien provoca muchos asesinatos
y me camuflo con el intenso dolor.
Hasta al mismo Dios lo poseo
cuando la desobediencia innata
en los despreciables mortales lo obliga.
Iracundos llaman a los hombres que echan mano de mí
y cometen deliciosos actos de crueldad y barbarismo.

Acostumbro enquistarme en las mentes de los niños
y me escondo con el berrinche.
Soy la pasión del alma que causo indignación y enojo.
Soy la furia y la violencia.
Soy el manjar delicioso de la venganza.
Hasta la misma naturaleza me usa
cuando con el mar hundo los barcos,
tiembla la tierra y erupcionan los volcanes.
También los ríos los desbordo con furia
y los vientos los convierto en cataclismos.
Me embuto con saña y encono de venganza
en los estúpidos y aborrecibles mortales.

Me doy gusto con los hombres y sus hembras
que me poseen por momentos
y desfogan contra otros y contra todo.
Es el alcohol mi más fiel contertulio.
Destruyo hogares y poseo el más alto índice
de familias destruidas.
Los celos son mi gran aliado
con la violencia que fustigo a hombres y mujeres.
Enfado e irrito a los más cuerdos sin contemplación.
Los científicos me disculpan y me gusta,
cuando simplifican mis actos con “propensión” o “posesión”.
¡Todo lo que se altere soy yo quien lo vapulea!

(Aplausos moderados dieron a la Ira, pero se veían contentos porque quien se preparaba el Robo)

El Robo
Soy el Robo,
y puedo presentarme con otros nombres
si me diera la gana porque soy versátil
a mis frecuentes admiradores y poseedores.
Latro me dicen en latín y cleptomanía en la ciencia
y significo la acción y el efecto de robar.
Ladrones, malandros y hampones le dicen a los que me usan
y gozo cuando me poseen.
Las cosas robadas saben a miel
y creo que hoy todo el mundo son mis testigos.
Me simplifican en el béisbol con el robo de base
y en el naipe con el robo de cartas.
Soy un delito que induzco a las damas y caballeros
por mi aliada la Avaricia y por el distinguido Facilismo.

Me apodero de las mentes de los hombres
para que éstos se apoderen de lo ajeno
con violencia y la intimidación si es necesario.
Me gustan cuando los profesionales de mi profesión me usan
y llevan a sus trabajos al Asesinato.
Otros apellidos que me gustan son el atraco,
la apropiación ilícita, el hurto, la mordida,
el fraude, la matraca y la coima.
Los más fieles e incautos son los políticos
que también llaman bandidos
y a otros empresarios o banqueros.
Soy el simple saqueo.

Tengo demasiado poder de convicción,
y pongo a los brutos a robar sus propios derechos,
cuando los pongo a robar tiempo,
robar electricidad y robar agua.
De los robos más fantásticos que hacen los hombres,
admiro los que roban el conocimiento.
¡A éstos los adoro!
Cueva de ladrones le dicen
a todos los establecimientos y edificaciones
de los gobiernos pro imperialistas, no sé por qué.
Granuja me llamaron los poetas,
los hijoépoetas y cuenteros del ayer
y pícaro todavía le dicen a algunos.

Ha hurtadillas y disimuladamente
los péndejos hombres echan mano de mí.
Tengo en mi poder a millones de humanos
que solo viven por mí y para mí.
¿Quien no me usa?
Me usa el clérigo, el medico, el bodeguero,
el empresario y la domestica
pero adoro a un abogado.
Ladroneras tengo por doquier
para ocultar a mis usuarios
y éstas son palacios de gobiernos, iglesias,
guarniciones militares, oficinas públicas y bancos.

Tomo a los mortales desde muy niños
convirtiéndolos en ladronzuelos
y los llevo y los llevo,
hasta convertirlos en perfectos de mis destrezas.
¡Díganme hurto o corrupción y simplifíquenme por favor!
Me hicieron honores Ali-babá y sus cuarenta;
Robin Hood, Al capone y Bonnie y Clyde,
pero me di el lujo de posar al lado del crucificado.
El mismísimo Dios me prohibió
y nadie le hizo caso porque
sigo hondo y orondo, campante y sonante.
Los científicos aseguran que los hombres de tierra fría,
son más propensos a mi uso que los de tierra caliente,
¡que equivocados están los tontos!
no conocen a un presidente africano neoliberal
o uno de Latinoamérica.
Me gusta cuando plagian la literatura
las canciones y los poemas.

Gracias a la hipocresía
pueden existir encubridores de mis actos.
Mis mejores propagandistas son los productores de cine
y televisión.
Me fascina cuando quitan con mi ayuda las ideas
y los talentos ajenos.
Ya desgracié tanto a los hombres con mi costumbre,
que las cosas sagradas ya no existen.
Hasta la mitología echa mano de mí
para que pueda tener sentido,
¿no ven a prometeo que le robó el fuego al sol
para dárselo a los odiosos hombres?
Me gusta cuando por amor a la patria
los imperios se apoderan de ajenas tierras
y le llaman conquistas.

De los más sutiles ladrones
me gustan los terratenientes
porque éstos valerosos y bienamados
matan campesinos por un pedazo de tierra
¡cuanto los admiro!
De las ladronerías nuevas de los despreciables hombres,
están el robo de identidades y los robos electrónicos,
¡cuanto adoro a los hombres que me buscan quehaceres nuevos!
Por más que me prevengan
soy audaz para reincidir, inventar e inducir.
Me gusta el abigeato con caballos incluidos
y dos o tres gallinas para la sopa.

Expresiones como “y te robé el corazón”
me llenan de hermosas emociones.
Me gustaba antes cuando se robaba a las mujeres,
pero hoy me gusta más cuando se secuestra,
porque éste delicioso vicio humano se parece a mí.
Otro de los grandes y admirados actos
de los mentecatos hombres
es el robo de órganos humanos,
para los cuales les suministro toda mi creatividad
porque por ellos ponemos a funcionar al Asesinato.

(El silencio era total y espasmódico, la concentración en el discurso de presentación del Robo, estaba poseyendo a cada uno porque las emociones se hacían notorias y el Asesinato emocionado gritó: ¡Tú y yo! ¡Yo y tú! ¡Que dicha trabajar a dúo contigo! El robo, robó la atención y prosiguió)

Lamento a los hombres que han caído en el uso de mi labor
y con esto no quiero que el Asesinato se sienta incomodo,
es solo que cuando pierdo hombres que asaltan bancos
u otro tipo de acción que me enorgullece, pierdo leales.
Detesto las leyes de los necios que se inventan
para el castigo con grandes penas de mis adeptos del común.
Adoro las cortas condenas de los políticos, diplomáticos
y financistas cuando después de usarme,
solo les dan vacaciones de casa por cárcel;
pido un aplauso para estos hombres
que crearon este tipo de galardón.

(Aplaudieron largo y se miraban con mucha seriedad)

Me fascinan los gansos hombres
que me usan para arrebatar caricias y alegrías.
Soy el consumidor de los cimientos básicos
de cualquier civilización.
Soy el perfecto azote de las aseguradoras.
Detesto con amargura la humanización de los penales.
Me río de las medidas de seguridad
que los incautos se inventan para su protección.
Odio las religiones protestantes
que me arrebatan a sirvientes leales y los convierten en idiotas.
Mi templo son las cárceles porque
en ellas educo mis fieles seguidores.
Amo con todo mí ser al carterista,
al escapero, al roba-autos, al chantajista,
al timador, pero al político procapitalista,
le doy la totalidad de mi amor.

Me fascinan las leyes del Islam,
porque por mí se usa lo macabro
lo tétrico y la crueldad,
porque cuando un musulmán me posee
hago que le corten mínimo una mano.

Detesto a los mentecatos humanos
que me usan para hurtar cachivaches de poca monta.
Adoro a los doctores que se valen de su prestigio
para ir de la mano conmigo.
Hago especial saludo a la Prostitución
porque por ella y con ella
se hacen grandes acciones que me dignifican.
Me gusta la piratería actual
con el plagio de canciones CDS y libros,
pero más me gustaba la piratería de antaño
cuando la bandera de la muerte
acompañaba a Barba roja y a Morgan.

Me gustó mucho lo que el clero y los europeos
hicieron a los indios de América.
Me goza el plagio de los descubrimientos;
me gustó el engaño de James Cook con lo de Australia,
me sintió mucho lo de el colon de Colón con aquello
del descubrimiento de América.
Me gusta y me hechiza cuando el mar y los ríos
se roban las orillas y las riberas.
Me hipnotiza cuando la abeja se roba el polen.
Me gusta cuando las aves de rapiña
quitan las crías a sus madres.
Me cata cuando la hiena arrebata la cría de su madre,
es la naturaleza haciendo sociedad conmigo.

Me gustó cuando algún dios del olimpo
se robó las tablillas del destino.
Me saborea cuando en mi nombre se roba la amistad.
Me goza el cinismo de los grandes timadores
que llaman analistas cuando muestran sus rostros en la televisión
con toda la naturalidad
después de cometer grandes robos.
Los espías me deleitan con sus estrategias para obtener información.
Me inquieta con alegría cuando los cuellos blancos
se roban los dineros de la educación
para proveerme en el futuro de frustrados y potenciales aliados.
Me gusta mucho más, cuando los dineros de la salud
son esterilizados y desaparecidos.
Voy de la mano con los grandes empresarios
que saquean las materias primas de los países desvalidos.

(El Robo, robó toda la atención y los aplauso se dieron por largo rato y los rostros de los presentes mostraban respeto por el distinguido aliado. La injuria un poco opacada se presentó.)

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